Las movilizaciones por la democracia (1982-2017).


Entre 1983 y la actualidad, los conflictos poselectorales pasaron a ser la normalidad, en todos los casos las acusaciones de fraude estuvieron presentes. En un buen número de estos acontecimientos, el problema superó a los partidos políticos y permeó en la sociedad. En el caso de la elección presidencial, son tres las altamente cuestionadas en este periodo, en el fondo de la protesta estaba la reacción adversa de la población al neoliberalismo, que han reducido el nivel de ingresos de la mayoría de los mexicanos.  
Al llegar la sucesión presidencial de Miguel de la Madrid en 1988, las desviaciones del Partido Revolucionario Institucional (PRI) provocaron la ruptura dentro de sus filas, una corriente identificada con la izquierda y encabezada por Cuauhtémoc Cárdenas, hijo de un expresidente, buscó recuperar los valores de la Revolución Mexicana y de su nacionalismo desde las urnas, a través de la organización del Frente Democrático Nacional (FDN). La elección terminó con el triunfo fraudulento de Carlos Salinas (Loaeza, 2010: 155). El enojo social se hizo sentir en especial en la Ciudad de México, la situación se canalizó en la fundación del Partido de la Revolución Democrática (PRD), como un partido de izquierda. 
La elección presidencial del 2000 resultó la más transparente en la historia nacional, algunos descontentos otros felices pero todo mundo aceptó los resultados a favor del panista Vicente Fox, quien logró arrebatarle la presidencia al PRI, que duró 71 años en ella de forma ininterrumpida.  La siguiente sucesión resultó todo lo contrario, tras las elecciones del 2006 y la dudosa victoria de Felipe Calderón, la protesta por el fraude se generalizó, el reclamo popular pedía un recuento “voto por voto, casilla por casilla”, el candidato opositor, Andrés Manuel López Obrador, encabezó y mantuvo pacificas las manifestaciones. Las descalificaciones de los medios de comunicación principalmente Televisa y el desgaste menguaron las fuerzas de quienes demandaban el respeto a la voluntad popular.
En el 2012, la protesta social estalló antes de la elección, comenzó en el sector universitario con #YoSoy132, se denunciaba la corrupción e ineficiencia de todo el sistema político, en especial, la del PRI y su candidato, Enrique Peña Nieto. En aquellos días, a pesar de ser considerados apáticos, los jóvenes de todo el país se politizaron, dando una lección de ciudadanía consiente, movilizada de forma pacífica. Tras la imposición de Peña Nieto como presidente, el desgaste disolvió poco a poco las protestas.

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