EZLN.

A lo largo y ancho del país existe una multitud de movimientos indígenas, mientras ocasionalmente irrumpe en uno u otro punto alguna guerrilla. El Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) representó y representa a las dos formas de movilizaciones, en buena medida, por su éxito al colocarse en los medios de comunicación.
El 1° de enero de 1994, mismo día en que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), el EZLN comenzó una serie de rápidas operaciones guerrilleras en Chiapas, en la más importante, capturó San Cristóbal de las Casas. En un momento inesperado, los indígenas neozapatistas nos mostraron su desesperación a México y al mundo. Esto resultó espectacular, ya que la alternativa revolucionaria de izquierda parecía haber desaparecido junto con el “socialismo real” de Europa del Este y la desintegración de la URSS, unos cuantos años antes.
Aunque pretendió derrocar al gobierno federal salinista, el EZLN no tenía la capacidad de tal proeza.  La llegada de las noticias a otras latitudes, principalmente Europa, impidió que el ejército aplazara la rebelión, ya que la sociedad civil internacional expresó su respaldo a aquellos hombres y mujeres. La simple supervivencia del movimiento resultó una razón de alegría para aquellos quienes piensan en la posibilidad de un mundo más justo e igualitario, mientras el subcomandante Marcos se convirtió en un fenómeno mediático con fuerte resonancia en los grupos de izquierda.
El gobierno se vio en la necesidad de aceptar negociar con el neozapatismo (Loaeza, 2010: 266-267). En 1995, el Congreso de la Unión formó la Comisión de Concordia y Pacificación (COCOPA), tras amplias y complicadas negociaciones, los Acuerdos de San Andrés fueron firmados un año después, ahí se reconocía la existencia jurídica de los pueblos indígenas. Por su parte, el gobierno federal no aceptó lo firmado. La batalla por ese reconocimiento duró un buen tiempo, al final, se logró. 
El EZLN no ha tenidos más enfrentamientos frontales a través de las armas con el gobierno federal, esto no impidió la movilización de paramilitares para hostigar constantemente a los rebeldes. La incapacidad de Vicente Fox de resolver el problema en Chiapas provocó que los neozapatistas salieran en una caravana por el país con destino a la Ciudad de México. Entre otros momentos de acción, no han dejado de estar presentes en la vida nacional.

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