por Alef Pérez
A grandes rasgos, a partir de los años ochenta del siglo XX, la globalización acompañó a las políticas neoliberales. En la historia, no se trató de la primera ocasión en la cual se dio un proceso de acercamiento entre hombres de diversas latitudes y longitudes del globo, aunque resultó ser la más general. Así, la mayor parte de la humanidad se involucró, aunque cada vez son más visibles los signos de su desaceleración o su fin. En el discurso más optimista, el tránsito de mercancías, el capital financiero, la información y las personas rompieron sus barreras de movilidad por el planeta. Para quienes buscaron la ganancia monetaria sólo resultaron importantes los dos primeros, mientras los últimos son relevantes en la idea de crear un mundo equitativo, justo y solidario.
En buena medida por la desarticulación de los sindicatos, las empresas aceleraron bruscamente la mudanza de su producción a países donde resultó más barata la misma. Ciudades prosperas en otros tiempos pasaron a perder sus fuentes de trabajo, riqueza y hasta población, un caso paradigmático resultó Ditroit, Estados Unidos, que en otros tiempos fuera la capital de la producción automotriz. Algunas regiones del Tercer Mundo absorbieron esas industrias, creándose nuevos centros laborales con políticas cada vez más flexibles, donde los obreros se quedaron con pocos derechos, todo para volver barata la producción.
Por su parte, el sector financiero globalizó sus transacciones y los paraísos fiscales lograron atraer más recursos. La burguesía de la mayor parte del globo exigió eliminar impuestos y barreras a sus movimientos, muchos gobiernos cedieron parcial o totalmente a las exigencias. En concreto, La economía de la especulación comenzó a perder sus vínculos con la real. En otras palabras, la primera creció desmedidamente, mientras la segunda perdió dinamismo, esto agudizó los efectos de las crisis, al ser estrepitosos los derrumbes bursátiles por falta de una base material.
Desde finales de los noventa, el transito global de la información casi instantáneo fue y es una realidad, el Internet resultó ser el medio perfecto para lograrlo. No obstante, el exceso de información basura complicó la posibilidad de ver lo importante, desde las páginas web hasta redes sociales mostraron tener intereses propios, lo cual desvió la atención, sin olvidar los constantes intentos de uno u otro gobierno por censurar. Por su parte, la prensa impresa, la televisión y la radio siguieron teniendo un lugar e interactúan con lo digital.
Por decirlo en seco, el gran fracaso de la globalización fue el libre tránsito de la humanidad, en un planeta que debió ser de todos por igual, las migraciones de América Latina a los Estados Unidos, de África a Europa u otras rutas resultaron ser desplazamientos masivos, en buena medida esas personas buscaron y buscan obtener una vida digna, la respuesta de la mayoría de los regiones receptoras ha sido cerrar más y más las fronteras, mientras las políticas de odio a los migrantes crecen.
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