El Congreso (1982-2017).

En 1982, el poder legislativo le pertenecía casi en exclusividad al PRI, no obstante, cada tres años para el caso de la cámara de Diputados y cada seis para la de Senadores se perdía algo de terreno frente la oposición. El PAN y, tras su fundación, el PRD mostraban una tendencia de crecimiento de su representatividad. A pesar de la constante transformación de las fuerzas políticas en el Poder Legislativo, el priísmo mantenía la mayoría, lo que le facilitaba enormemente sacar reformas al gusto del presidente en turno.
Las elecciones de 1997 transformaron las cosas en la representatividad política, un Instituto Federal Electoral (IFE) honesto permitió cambiar la tendencia de dominación del PRI sobre la cámara de Diputados, en la cual dejó de existir una fuerza política dominante y se impuso el pluralismo (Márquez, 2010: 766). Esto significaba un golpe al sistema político autoritario del presidencialismo mexicano. Ernesto Zedillo resultó ser el primer priísta sin control absoluto sobre el Congreso, en la segunda mitad de su mandato prácticamente no pudo sacar reformas.  
Tras las elecciones del 2000, tanto la cámara de Diputados como la de Senadores funcionaron desde el pluralismo político, a partir de esa coyuntura y hasta el momento ninguna fuerza a logrado una representación superior a la del resto de los partidos. Justo al comenzar la nueva realidad del Poder Legislativo, Vicente Fox llegó a la presidencia y, al poco tiempo, observo la parálisis de buena parte de sus iniciativas.

Al comenzar el siglo XXI, la nueva realidad necesitaba del dialogo para volver funcional el gobierno, frente el pluralismo político instalado en el Poder Legislativo, en tal contexto la argumentación debía ser de máxima importancia en la toma de decisiones. Los políticos encontraron un camino más sencillo, en la pequeña representación de las fuerzas políticas menores, que estaban dispuestas a venderse al mejor postor, podían encontrar los votos faltantes para llegar a conformar una mayoría, estos pequeños partidos observaron con buenos ojos esas alianzas, pues así se convertían en un factor fundamental de gobierno, esto funcionó parcialmente. En el 2012, desde la presidencia, Peña Nieto logró consolidar el Pacto por México, plataforma donde estaban representadas las principales fuerzas políticas, esto le permitió sacar adelante reformas neoliberales en el primer tramo de su gobierno.


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La era neoliberal.
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