Las transmisiones
televisivas en México comenzaron en 1950, al poco tiempo el actor preponderante
resultó ser Telesistema Mexicano, al poco tiempo sería conocida como Televisa. Esta
empresa logró crear redes de transmisión por toda la república, llegó como
ningún medio de comunicación antes a los hogares de la población mexicana,
primero penetró en las grandes ciudades, luego comenzó una lenta entrada a las
comunidades rurales del país. Creó un discurso simple, el cual pudo ser
comprendido sin necedad de una cultura letrada previa, de fácil acceso para la
población pobre del país.
Como
la radio en su momento, la televisión cambió el orden de las relaciones
familiares en el hogar. Las salas y comedores tuvieron una, la cual logró
obtener la atención en las horas de convivencia, en muchos casos, las pláticas
pasaron a ser en parte abandonadas, en su lugar quedó la contemplación a la
pantalla. Las clases altas y medias lograron poseer varias, las cuales se
distribuyeron en los cuartos de la familia, el aislamiento para sintonizar el
programa favorito paso a ser parte de la cotidianidad. Las familias más pobres
deseaban tener mínimo una, para poder ver el programa de moda, muchas lo
lograron con sacrificios, que le daban la posibilidad de una distracción y una forma
fácil de conocer las noticias.
En
apariencia, al igual que la radio, la televisión resultaba gratuita para la
sociedad mexicana, captar la señal con una antena no costaba y la televisión de
paga no se había introducido al país. El negocio se encontraba en la
publicidad, que se daba en franjas de tres minutos o dentro de los programas
disfrazada de información como hoy en día (Greaves, 2010: 271). Así, otros
productos modernos como lavadoras, licuadoras, estufas y calentadores de agua a
gas aceleraron su introducción al mercado.
Los
espectadores pudieron ser divididos por horarios y canales, existieron
programas para niños, jóvenes y adultos. Por ser en su mayoría amas de casa,
las mujeres permanecían un tiempo muy prolongado en el hogar, tuvieron las telenovelas,
las cuales resultaron ser un producto de exportación para América Latina y otras
regiones del mundo. Parte importante del tiempo al aire resultaba cubierto por
series norteamericanas, compradas a bajo costo para el mercado mexicano.
Ver tema:
Cultura y vida cotidiana (1940-1982).
Bibliografía.
Fernández, C. (2013) El
Tigre. Emilio Azcárraga y su imperio Televisa. México: Grigalbo.
Greaves, C. (2010) “El México contemporáneo (1940-1980)”. P.
Escalante, et. al, Historia
mínima. La vida cotidiana en México, México, COLMEX.
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