Desde los años cuarenta, las residencias de la
alta sociedad y las casas de la clase media sufrieron enormes transformaciones,
las cuales resultaron asimiladas al correr de las décadas, toda la sociedad
aspiraba a transformar sus hogares no importando su situación económica, aunque
los sectores más pobres tenían menos oportunidades. Fuera del horno de
microondas, no eran novedades tecnológicas, se trataba de la creación de
mercados de masas para ciertos productos. El apoyo fundamental para la compra
de este tipo de mercancias fue el crédito, a través de pagos semanales o
mensuales. También mostraban como las formas de vida norteamericanas estaban
penetrando con vigor en México.
Entre las transformaciones, un elemento muy
importante resultó ser el baño doméstico. Previamente, la limpieza del cuerpo era con una tina de
baño o a jicarazos, que fueron remplazados por la regadera. Adicionalmente, el
calentador de agua de gas como combustible resultó otra novedad, los mismos
permitieron controlar con exactitud la temperatura. Estos cambios significaron
adecuaciones en las viejas casas, donde el baño pasó a ser como lo conocemos
hoy en día. En las zonas pobres urbanas, la modernización resultó mucho más
lenta, pervivían baños colectivos utilizados por varias familias, las cuales
debían establecer reglas para su utilización, sin embargo, algunos lograron
imitar a la clase media en esta cuestión, aunque para ellos los calentadores de
agua utilizaban petróleo o leña.
Por su parte, en las cocinas, las estufas
también fueron beneficiadas con el gas como combustible, el petróleo era la
opción de los pobres, aunque también acostumbraban la leña y el carbón. La
limpieza de las cocinas mejoró notablemente con el cambio de la fuente de energía,
ya no más suciedad provocada por el hollín de la madera o el carbón, el lugar
se volvió más acogedor y las mujeres de las clases altas y medias buscaron
nuevas formas de decorarlas. A partir de los años cuarenta, para el Día de la
Madre o en Navidad, los anuncios de estufas inundaban los periódicos y revistas
desde mediados de los años cuarenta (Matute, 2006: 158).
El gas no era la única fuente de energía
novedosa para los hogares de las clases altas y medias, por su parte, la
ampliación de la electrificación apoyo muchísimo la transformación de las
formas de vida, con la llegada de los electrodomésticos. Por ejemplo, el
refrigerador moderno comenzó a remplazar los antiguos, donde se utilizaban
bloques de hielo para conservar los alimentos.
Ver tema general:
La era del PRI.
Ver tema:
Cultura y vida cotidiana (1940-1982).
Bibliografía.
Greaves, C. (2010) “El México contemporáneo (1940-1980)”. P.
Escalante, et. al, Historia
mínima. La vida cotidiana en México, México, COLMEX.
Matute Á. (2006) “De la tecnología al
orden doméstico en el México de la posguerra”. P. Escalante (coordinado), Historia
de la vida cotidiana en México. Siglo XX. Siglo XX. La imagen, ¿espejo de la
vida?, t. 5, parte 2. México: COLMEX.
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