La industria (1940-1982).

Desde los años cuarenta, la industrialización se convirtió en la política central de los diversos gobiernos, el agrarismo paso a un plano secundario. Como medida proteccionista, la sustitución de importaciones resultó ser una política clave, que se basaba en cobrar fuertes impuestos a los productos del extranjero, esto encareció todas las importaciones y, al menos en precios, los volvió poco competitivos, mientras se apoyó el incremento de la producción de la industria nacional. Esta situación se planteó en un principio como algo temporal para crear un sector manufacturero sólido, capaz de competir posteriormente con los productos importados, lo cual no sucedió. A la par de estos cambios, las ciudades crecieron y los obreros extendían su número.
Durante su presidencia, Miguel Alemán convirtió a la industrialización en la base de sus discursos, la defendió y promovió con vigor. Esto quedo claro hasta para el mundo exterior en 1948, en una reunión en Bogotá, Colombia, los Estados Unidos pidieron una cierta apertura comercial para sus productos en toda América Latina, México se negó rotundamente, ya que estaría en riesgo su industrialización, sólo se permitiría la entrada de capitales extranjeros para el fortalecimiento de la industria nacional (Peña, 2006, 411). Los norteamericanos no pudieron oponerse a la postura mexicano, la cual apoyó a otras naciones para tomar posicionamientos similares.  
Por medio del peso demográfico y la interconexión de diversas vías de comunicación, la ciudad de México logró mantenerse y creció como el centro industrial más importante del país, otras ciudades de la zona centro se convirtieron simplemente en abastecedoras de la industria de la capital, hasta Guadalajara mantuvo esta situación a pesar de ser el segundo punto de concentración urbana. Monterrey mantuvo y defendió mantuvo su propia industrialización, quedó en segundo lugar en este aspecto, también Tijuana y ciudad Juárez lograron crear industrias dinámicas, aunque estas últimas relacionadas con el mercado norteamericano.

La industrialización comenzó a mostrar signos de debilidad en los años sesenta, la cual sólo podía sobrevivir bajo la sustitución de importaciones. La industria del país mantuvo el control sobre el marcado nacional, esto volvió innecesaria la inversión en la creación de nuevas tecnologías para mejorar su producción, se fueron quedando atrás frente la constante innovación de otras naciones. La industria pesada nunca se desarrolló, por lo cual toda la maquinaria venía del exterior.


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La era del PRI.
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