Los preparativos para la revolución maderista.

Durante su gira electoral, Francisco I. Madero observó la miseria del pueblo con una cercanía que nunca había experimentado, las nuevas experiencias lo estaban cambiando, en buena medida comprendía las dificultades para transformar el régimen tan sólo con una elección y comenzaba a pensar en otra alternativa. En San Luís Potosí lanzó un discurso radical con las siguientes palabras: “Que lo entiendan bien vuestros opresores; ahora el pueblo mexicano está dispuesto a morir por defender sus derechos; y no es que piense incendiar el territorio patrio con una revolución, es que no le [atemoriza] el sacrificio” (Aguilar, 1995: 28). El discurso en buena medida resultó ser algo espontaneo, sin embargo, mostraba la noción de llegar a realizar un movimiento revolucionario, al ver como se serraban los caminos para una transición democrática.  
Por su parte, el gobierno de Porfirio Díaz mostraba su incapacidad de poder tolerar una oposición fuerte, acosaba al maderismo en todos los lugares donde mostraba una cierta capacidad organizativa, lo estaba arrinconando. Frente las palabras pronunciadas en San Luis Potosí por Madero, la reacción porfirista no se hizo esperar, lo acusaron de “conato de rebelión y ultrajes a las autoridades”. Así, Madero terminó en prisión desde donde presenció las elecciones presidenciales, pues el régimen porfirista lo quería mantener quieto en el día de la elección, sin duda no deseaban ninguna protesta frente el fraude electoral que diseñaron para aquella elección.

En los planes de Madero no estuvo dispuesto a asumir la derrota electoral que había sufrido por medio del fraude, en cuanto lo dejaron en libertad, tras el proceso electoral, comenzó a actuar. Para poder trabajar sin el hostigamiento del régimen porfirista se dirigió a Texas en los Estados Unidos, desde ahí publicó el Plan de San Luis. En este texto las elecciones eran declaradas sin valides, lo cual volvió ilegitima a cuanta autoridad emanada de ellas, también existió un espacio destinado a los problemas de la tierra, frente esto la acción que planteó fue radical: llamar a la revolución para el 20 de noviembre de 1910. El maderismo pensó en realizar una revolución rápida, organizada desde las clases medias, con el mínimo de pérdidas humanas y materiales, la realidad resultó diferente.

Ver tema general:

Comentarios