La ideología del carrancismo.

por Alef Pérez
En la Revolución Mexicana, la identidad del carrancismo correspondió sólo a los marcos políticos, no tuvo un verdadero contenido social, soñó con realizar la revolución desde las élites, sin tomar en cuenta al pueblo, aunque esto fue imposible por estar en un contexto de movilización de las masas (Córdova, 1989: 68). Su hombre fuerte fue Venustiano Carranza, un viejo político del porfiristo, quien se unió al maderismo, tras la Decena Trágica logró crear y colocarse al frente del constitucionalismo, al consolidar una buena base programática con el Plan de Guadalupe. 
Es de reiterarse, la ideología del carrancismo consideró la política como lo fundamental, aunque su forma de pensarla conforma la cara opuesta del maderismo dentro de la Revolución Mexicana. Así, la democracia y las libertades políticas fundamentales en el pensamiento y la acción de Francisco I. Madero fueron considerados como debilidades. Por el contrario, lo importante era el autoritarismo, que se usó para crear una organización vertical fuerte, los reclamos sociales de los diversos grupos debieron ser silenciados y, sí era posible, olvidarlos. 
Algo muy importante, las ideas del carrancismo tuvieron una proyección nacional, como ningún otro grupo revolucionario de importancia logró plantear. Así, Carranza no pensó en una situación exclusiva de Coahuila o del norte de México, su perspectiva estuvo en torno a todo el país, se cobijó del nacionalismo, lo consideró como un valor fundamental para mantener unidos a quienes lo apoyaron. Es más, buscó cuidar a México de las amenazas extranjeras, por lo cual observó con mucho cuidado los movimientos de las grandes potencias: Alemania, Inglaterra, los Estados Unidos y, a partir del comienzo de las hostilidades, los acontecimientos de la Primera Guerra Mundial. 
Adicionalmente, el carrancismo era totalmente contrario a las masas, al grado de odiar a los obreros y campesinos tanto como a la vieja oligarquía porfirista. Sin embargo, los ejércitos revolucionarios estuvieron conformados por el pueblo en movimiento y las masas tuvieron que ser consideradas, a pesar de todas las reticencias para darles su lugar dentro de la revolución. Es de aclararse, la alianza con los desposeídos sólo fue una táctica momentánea, en tanto pudieron ser traicionadas, Carranza actuó en contra de ellos despiadadamente.  


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