por Alef Pérez
En 1921, la Nueva Política Económica (NEP, por sus siglas en inglés) empezó a implementarse en los territorios por conformarse en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), fue un modelo de economía mixta o, tal vez más exacto, «socialismo de mercado». En un principio, relajó el control del «comunismo de guerra» de los años previos. La mente pragmática de Lenin diseñó tal viraje, comprendió la necesidad de realizar ajustes para la supervivencia del régimen emanado de la Revolución de Octubre.
A pesar de ser impulsada la NEP por Lenin, las voces discordantes no perdieron oportunidad de hacerse presentes por el alejamiento de los principios socialistas. Hasta Trosky llegó a pronunciarse en contra de relajar los controles y planteó la necesidad de regresar a la disciplina militar para la recuperación de la industria y el campo. A pesar de las dificultades, el camino pragmático comenzado en 1921 continuó vigente hasta 1928.
En buena medida, la NEP buscó dar un aire fresco a las relaciones económicas dentro de la Unión Soviética, al liberar a las pequeñas unidades productivas y mantener bajo el control gubernamental los órganos rectores de mayor importancia como los bancos. En tal escenario, los funcionarios del Partido tuvieron un importante papel, sin dejar a un lado en las decisiones a técnicos, obreros y campesinos.
En las ciudades, la producción industrial retomó su ritmo previo a la Primera Guerra Mundial, tal cambio resultó fácil de percibir por la vitalidad de las zonas urbanas. En la mayoría de los casos, los obreros y técnicos especializados controlaron la producción sin ordenes centrales, lo cual permitió decidir según la demanda de productos sin un pesado cuerpo burocrático de por medio (Béjar, 2011: 136). En términos subjetivos, la disciplina logró imponerse por la idea de estar realizando un esfuerzo revolucionario y la gratitud por la recuperación de los puestos de trabajo. En el campo, los agricultores lograron sacudirse las requisas de tiempos de la Guerra Civil, esto significó la posibilidad de vender por su cuenta el excedente de producción.
Para mediados de los años veinte, la sociedad soviética mostró un cambio significativo, las penurias de la Primera Guerra Mundial, la Revolución y la Guerra Civil quedaron atrás. En buena medida, la NEP cumplió al llevar trabajo a las masas soviéticas y con él la posibilidad de una vida digna.
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