por Alef Pérez
François-Marie Arouet (1694-1779), mejor conocido como Voltaire, nació en París, formó parte de una familia noble. Sus estudios los realizó con los jesuitas. Destacó en las letras desde joven. Después de una corta estancia en la prisión de la Bastilla, conoció el exilio en 1726 al partir rumbo Gran Bretaña, ahí conoció una sociedad diferente a la francesa y expandió sus intereses. De regreso en el continente, tuvo una serie de acercamientos y desencuentros con las autoridades en diversos reinos, por su convicción cada vez más fuerte de ejercer el libre pensamiento. Estableció durante largo tiempo su domicilió en Farney, en la frontera francesa con Suiza, para escapar en caso de alguna persecución provocada por sus escritos e ideas. Poco después de rencontrarse con París, murió en su misma ciudad natal.
A lo largo de su vida, Voltaire dejó una amplia obra en ocasiones escrita bajo seudónimos, en diversos géneros. Su primer texto fue Edipo (1718), se trata de una obra de teatro, genero al cual regresará de vez en cuando para escribir. Entre sus ensayos filosóficos se encuentra Cartas inglesas, escritas durante su exilio en aquella nación. No dejo la oportunidad de escribir novelas, es posible mencionar Cándido, o el optimismo.
En particular, en la introducción de El Siglo de Luis XIV, Voltaire nos menciona la enorme acumulación de hechos que pueden ser interesantes a lo largo de la historia, sin embargo, con el avance de las artes y su influencia en la posteridad, sólo toma en cuenta cuatro siglos. Primero el de Alejandro y Aristóteles en Gracia. Segundo, el de Cesar, Augusto y Cicerón en Roma. El tercero, el de Los Médicis en Florencia como en el resto de Italia, mientras el mundo occidental intentó copiar este esplendor. En el cuarto, el de Luis XIV, lo consideró como el posiblemente más cercano a la perfección, tal vez en las artes resultó a la par de los otros siglos, sin embargo, destacó el perfeccionamiento de la razón humana, el centro de esta transformación del pensamiento se localiza en Francia, sin embargo, logró florecer con fuerza en diversos reinos europeos (Voltaire, 1954: 3). Esto para crear su argumento de la importancia del estudio del periodo analizado en aquel texto.
Es tal la importancia que da Voltaire a la historia, que, en la Enciclopedia, trabajo colectivo y uno de los símbolos de los hombres de la Ilustración, escribió el artículo dedicado a sintetizar su significado: «Historia». Donde plantea la necesidad de crear una historia alejada de la fábula y con una extrema posibilidad de veracidad, la cual deja margen a la duda fundamental para el pensamiento crítico. Reitera, su planteamiento de ignorar los pequeños acontecimientos sin relevancia, mientras llama a estudiar los amplios procesos que dan sentido a la civilización o a las civilizaciones humanas.
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