A pesar de
existir ideas individualizadas de la historia, es posible identificar patrones
en común que dan cuerpo a la memoria colectiva, en la cual tiene mucho que ver
la psicología social, tales visiones llegan ha distanciarse de la
interpretación de los historiadores profesionales.
El rastrear la memoria histórica colectiva de las sociedades resulta
difícil, aunque factible (Le Goff, 2005: 50). En cartas o en periódicos de
décadas o centurias pasadas es posible localizar nociones históricas que se
repiten una y otra vez, entre diferentes individuos de un mismo periodo. Otras
fuentes pueden ser analizadas desde la misma perspectiva. En la actualidad, los
grupos sociales muestran masivamente su opinión en las redes sociales sobre
determinados acontecimientos y procesos históricos, Twitter es la plataforma por
excelencia para observar esas expresiones.
Es necesario hacer notar, los grandes formadores de la memoria histórica colectiva
existen y son la prensa de masas, la radio, la televisión y el cine. Las mismas
estuvieron presentes a lo largo del siglo XX y continúan teniendo una
importancia significativa, aunque ahora el internet y las diversas formas de
representar la información ahí juegan un papel fundamental. Es de hacerse notar, todos estos medios de
comunicación buscan imponer su mensaje, aunque terminan en un dialogo con la
sociedad en su conjunto.
A pesar de ser los indicados para difundir las concepciones del pasado del
hombre, los historiadores no tienen un gran amplificador, actualmente los
textos académicos son de pequeños tirajes de alrededor de 250 ejemplares, los
cuales normalmente se quedan en bodegas y sus conferencias son poco
concurridas. Por lo cual, se necesita la asociación con los medios de
comunicación, tal relación permite dar versiones más verisímiles y sólidas
sobre el pasado del hombre y sus sociedades a públicos inmensos.
No sólo se trata de los medios de comunicación y de la posibilidad de que
algunos historiadores profesionales los utilicen para convertirse en difusores,
tratando de apartar de los mismos a los improvisados, también el gobierno juega
un papel importante en la conformación de la memoria histórica colectiva, para
lo cual tiene diversos medios, el más importante: la escuela. Por último, las
charlas cotidianas resultan fundamentales para compartir ideas sobre las
diversas interpretaciones de la historia.
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