El virreinato de Río de la Plata era el territorio que
hoy conforman Argentina, Uruguay y Paraguay. Sus primeros chispazos para formar
un movimiento independentista databan de 1806, en ese año una flota británica
invadió y conquistó Buenos Aires. España se quedó sin poder actuar y fue
humillada, al mismo tiempo los habitantes de la ciudad se organizaron y
lograron expulsar a los ingleses. A grandes rasgos, esto mostró las debilidades
del imperio Atlántico dirigido por la casa reinante Borbón desde la península
Ibérica y, por el otro lado, las capacidades de los colonos para actuar a favor
de sus propios intereses.
En 1808, el golpe de Napoleón en contra de la monarquía española
estimuló el sentimiento nacionalista expresado ya en 1806. Aunque estas
primeras gestas no eran por la independencia del dominio español, más bien, las
diversas provincias buscaban la autonomía frente el centro del virreinato. La
reacción de Buenos Aires como ciudad afectada fue organizar su propia Junta
gubernativa en 1810, estaba dominada por radicales, que tuvieron la capacidad
de organizar un gobierno eficiente, aunque en ese momento actuaban en nombre
del monarca ausente, Fernando VII . Comenzaron con firmeza el restablecimiento del
control de las provincias del Río de la Plata.
En 1814, el regreso de Fernando VII al trono de España
sólo radicalizó más el movimiento rioplatense, que consideró que no existía razón
para mantener la condición de colonia. Es de señalarse, de todos los
virreinatos americanos resultaba el de menor importancia para la monarquía y
uno de los más lejanos. En tal contexto, España no logró someter ni siquiera
por un momento las fuerzas que buscaban la independencia.
Al lograr conquistar todo el virreinato de Río de la
Plata, los radicales de Buenos Aires perdieron fuerza y fueron sometidos por
los políticos moderados de otras regiones. Así, las victorias militares fueron
capitalizadas en lo político por quienes resultaron derrotados en el campo de
batalla. En tal contexto, en 1816, las élites de todo Río de la Plata lograron
pactar la independencia.
El empuje independentista no se detuvo con lograr lo
propio. San Martín, uno de los principales dirigentes de la insurrección, cruzó
los Andes con un ejército de patriotas rioplatenses para liberar a Chile en
1817 (Carmagnani, 2011: 161). De ahí se movió hacía el centro del virreinato de
Perú, las condiciones de aquel momento no permitieron liberar aquel territorio
del dominio español.
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