La crisis agrícola de los siglos XIV y XV

El feudalismo basaba su economía en la producción agrícola, el éxito de la misma represento por varios siglos la viabilidad del sistema. A finales del siglo XIII, la producción del campo comenzaba a estancarse, los problemas crecieron en los siglos XIV y el XV. Es de mencionarse, la problemática no resultaba menor y es posible tratarlos como una calamidad, capaz de afectar las bases del modo de producción. 
            En términos geográficos, la crisis agrícola golpeó a toda la región feudal de Europa occidental y las colindantes, llegando tanto al Báltico como al Mediterráneo. El hambre parecía propagarse como una plaga, que resultaba ser una calamidad generalizada, siempre golpeando con más fuerza a los desposeídos, en esta caso a los siervos.  
Como unidad productiva, el feudo cultivaba una y otra vez los mismos productos sin cambiar de lugar, esto impidió la rotación, mientras la tierra no descansaba, por la creciente demanda de productos. En tal punto, la relación de la tradición medieval entre las tierras agrícolas y las de ganadería se rompió (Portela, 2010: 259), incrementándose las primeras y imposibilitando que las segundas fueran abonadas con el excremento de los animales de pastoreo. Otra alternativa para ampliar la agricultura estaba parcialmente bloqueada, ya que los nobles mostraron estar indispuestos a permitir más el cambio del uso del suelo de los bosques, no sólo se trataba de la caza de los animales salvajes como una distracción, sino también para mantener constante la explotación de los recursos localizados en tales tierras, por ejemplo, la madera.
Como consecuencia ecológica, la perdida de minerales en la tierra significó su empobrecimiento para el cultivo. También, el suelo perdió su capacidad de absorber el agua, por lo cual, las inundaciones comenzaron a presentarse con mayor regularidad. 
Es de considerarse, las calamidades no tenían una sola causa, a continuación se mencionan las de mayor relevancia. En primer lugar, es posible señalar un pequeño enfriamiento del planeta, el cual trastocó a la agricultura. En segundo lugar, las guerras y su constante crecimiento en intensidad provocaban la rapiña en el campo y la creación de impuestos para los siervos, que sustentaban la actividad bélica. En tercer lugar, el crecimiento demográfico que demandaba más productos. Por último, los avances tecnológicos agrícolas resultaban algo añejos, básicamente eran de la Alta Edad Media, así, en el feudalismo la innovación detuvo su marcha, en consecuencia, no existía forma de crear cambios sustanciales en el campo para salir de la crisis de la Baja Edad Media.

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