La organización corporativa de los obreros en la posrevolución.


En 1920, la Confederación Regional de Obreros Mexicanos (CROM) apoyó la rebelión de Agua Prieta, esto le permitió a la organización acercarse directamente con el nuevo poder gubernamental, para lo cual, utilizó a su brazo político, el Partido Laborista Mexicano (PLM). Así, la alta jerarquía sindical se pudo incrustar en la política con gran facilidad. Por su parte, a partir de 1921 y durante el resto de la década, la Confederación General de los Trabajadores (CGT) conformaba la organización anarcosindicalista, combativa y en pro de los derechos de los trabajadores.
Para Plutarco Elías Calles, el PLM coordinó y abanderó la campaña presidencial, esto acercó más a la CROM con el gobierno (Carr, 1991: 132). La política de los dirigentes cromistas provocaba el sometimiento de los obreros hacia el gobierno, mientras menores fueran los movimientos y las huelgas mejor para la cúpula de la organización.
            La CORM perdió su poder al ser uno de los posibles actores intelectuales del asesinato de Álvaro Obregón, adicionalmente, fue golpeada por la Gran Depresión, que trastocó la relación de los sindicatos con sus agremiados. Un grupo que se separó fue el de Lombardo Toledano, conformó la Confederación General de Obreros y Campesinos de México (CGOCM), la cual encabezó una serie de movimientos de huelga para sacar a los obreros de su precaria situación. Por su parte, la CGT perdió su radicalismo.
El movimiento obrero apoyó a Lázaro Cárdenas en su campaña presidencial, consideraron que sería reciproco, no estuvieron equivocados. También respaldaron su lucha en contra de Calles durante los dos primeros años del sexenio. En el cardenismo, los obreros organizaron constantemente huelgas, la situación lo ameritaba. Por otro lado, la nacionalización de los ferrocarriles se debió a la necesidad de dar una solución al conflicto obrero-patronal (Guerrero, 1988: 283), lo mismo sucedió con la expropiación petrolera. Los obreros encabezados por Lombardo Toledano crearon la Confederación de Trabajadores de México (CTM), la cual conformó el sector obrero del partido oficial.
Entre 1920 y 1940, los obreros lograron mejorar sus condiciones de vida y salariales, aunque tuvieron un tropezón durante los años de la Gran Depresión. Apenas rondaban el 11% de la población económicamente activa. Fueron un factor activo de su propia historia, sin omitir, que protagonizaron cuestiones políticas, sociales y económicas.

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