Las reelecciones de Porfirio Díaz.


La victoria de la rebelión de Tuxtepec permitió la llegada de Porfirio Díaz a la presidencia, la cual estuvo legitimada por la fuerza de las armas. Posteriormente, con las instituciones cooptadas, resultaba imposible detener sus victorias electorales, adicionalmente, a la vista de la población era el hombre más prestigiado para ocupar el cargo. En las formalidades, la mayor parte de los varones podían votar, era a partir de los 18 años para los casados y los 21 en caso de los solteros, sin olvidar que debían de tener una forma honesta de vivir. 
            En 1976, la rebelión de Tuxtepec enarboló el lema: “sufragio efectivo, no relección”, Porfirio Díaz consideró necesario cumplir con sus planteamientos democráticos que lo llevaron al poder o al menos durante los primeros años lo aparentó. Para llevar a la realidad el ideario político, el Congreso modificó la Constitución al suprimir la posibilidad de relección, por lo cual, quedó abierto el camino a la candidatura de Manuel González, compadre del mismo presidente.
En el cuatrienio gonzalista, Porfirio Díaz maniobró políticamente desde la oscuridad para obtener el apoyo de una nueva modificación constitucional, en esta ocasión se planteó la relección no inmediata (Speckman, 2004: 193). En 1884, era presidente, logró la victoria siendo candidato único, como lo sería durante las siguientes dos décadas. 
Otra reforma constitucional no tardó mucho en llegar, en esta ocasión se permitía una relección inmediata, la cual le dio acceso al mandato de 1888-1892. Estaba mostrando respeto por las formas legales, sin embargo los procesos electorales no pueden ser considerados competitivamente justos, sin olvidar la tendencia al fraude, mientras se fortalecía el control sobre las instituciones, que obedecían a la presidencia. Para aquel momento, la oposición estaba debilitada frente el logró de la pasificación y los primeros bosquejos de la modernización económica, que prometía un importante progreso material.
En 1890, quedaba eliminada cualquier restricción dentro de la Constitución a la reelección. El periódico, El hijo del Ahuizote, ironizó sobre las pretensiones antidemocráticas: “El Caudillo indispensable… a sus habitantes sabed: Artículo 1° Que es Presidente Constitucional el General Necesario por haber obtenido la mayoría absoluta de votos… Artículo 2° Este periodo durará hasta que Dios quiera. Artículo 3° Publíquese por bando oficial. Firma, El Indispensable Caudillo” (González, 2000: 675). Así, Porfirio Díaz llegó a su siguiente cuatrienio.
Todo el régimen envejecía elección tras elección, mientras los hombres empoderados se negaban a dejar sus cargos. Una nueva modificación constitucional permitió a Porfirio Díaz tener su primer sexenio 1904-1910, comenzó un segundo mandato bajo estas características, el cual no logró concluir, la revolución maderista lo tumbó en 1911 con el mismo lema que el utilizó al llegar al poder décadas atrás: “sufragio efectivo, no reelección”.   

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