Las
expediciones fueron financiadas por los reinos absolutistas de Portugal y
España, aunque conservaron elementos feudales que no les permitieron crear un
Estado fuerte para mantener su vigor. En el siglo XVII, el Estado absolutista
de mayor relevancia era Francia, esto lo logró gracias a su victoria en la
Guerra de Treinta Años, la cual sentó las bases para el reinado de Luis XIV,
quien mando a construir Versalles y se hizo llamar el “Rey Sol”. En este
ambiente, el mercantilismo se instauró como política económica, los monarcas
intervenían directamente para proteger las manufacturas de sus reinos y lograr
un comercio favorable.
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