En el
caos de la revolución, la banca fue incautada, sus recursos fueron saqueados y
tras siete años de incautación, en 1921, fue devuelta a sus dueños (Anaya,
2002: 114). La banca regional prácticamente dejó de funcionar, sólo los dos
grandes bancos el Nacional de México y el de Londres y México lograron mantener
su actividad comercial con dificultades. Sus créditos resultaban minúsculos
para apoyar el crecimiento económico.
Al
ver la imposibilidad de los privados de restablecer el crédito a nivel
nacional, en 1925, el presidente, Plutarco Elías Calles, fundó el Banco de
México, destinado desde un principio a ser el prestamista de última instancia y
regularía la inflación. Aunque, en los primeros años el gobierno utilizó sus
recursos para apoyar la industria y a los hacendados más poderosos, en buena
medida, la corrupción se apoderó de la institución, uno de los más beneficiados
fue Álvaro Obregón, ex presidente para ese momento, quien logró construir una
importante red hidráulica de abastecer de agua en sus tierras.
Para
1926, el gobierno creó el Banco de Crédito Agrario y Ganadero, el cual se
convirtió en la primera pieza de la banca de desarrollo. Al comenzar los años
treinta, la Gran Depresión detuvo el flujo de crédito. Al terminar la tormenta
económica, el gobierno continuaría con la consolidación de la banca de
desarrollo, la más importante de estas instituciones fue Nacional Financiera
creada en la presidencia de Abelardo L. Rodríguez, en un principio, absorbió la
cartera vencida de otros bancos para que estos pudieran continuar operando, al
poco tiempo se transformó para otorgar préstamos a la industria nacional, paso
a ser el pilar financiero de la industrialización. Otras instituciones
surgieron en la misma década con el objetivo de incentivar el desarrollo de
sectores económicos específicos, son de resaltar el Banco Nacional Hipotecario,
Urbano y de Obras Públicas, el de Comercio Exterior y al de Crédito Ejidal. A
finales de los años treinta, el Banco de México se consolidó como un banco
central capaz de regular las variantes monetarias y financieras.
La banca privada también
fue afectada por la Gran Depresión, en algunos momentos tuvieron que cerrar sus
puertas por la incapacidad de regresar a los ahorradores sus recursos, mientras
que sus finanzas se vieron horcadas por la incapacidad de los deudores de pagar
sus créditos. Después de recibir la ayuda del gobierno y comenzar la
recuperación económica en 1933, lograron levantarse y comenzar una importante
expansión del crédito. El Banco Nacional de México continuó como la principal
institución financiera, ampliando su número de clientes, líneas de crédito, así
como la apertura de nuevas sucursales. Otras instituciones surgieron, es de
destacar: el Banco de Comercio.
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