Durante
la Revolución Mexicana, los petroleros contrataron a Manuel Peláez como
mercenario para proteger sus pozos en Veracruz, Tamaulipas y San Luis
Potosí. En 1920, al desaparecer
Venustiano Carranza de la escena política, Peláez buscó arreglar sus problemas
con el gobierno y dejó de brindar protección a los petroleros, los cuales
perdieron a su grupo de mercenarios. Adicionalmente, los interesases de Estados
Unidos y Gran Bretaña resultaron ser obstáculos muy importantes para la
consolidación de la soberanía nacional sobre el petróleo.
En
los años veinte, el petróleo fue una importante fuente de recursos fiscales, el
auge llegó a su máximo apogeo en 1922 durante la presidencia de Álvaro Obregón,
que enriqueció a las compañías extranjeras y en buena medida también a las
arcas del gobierno. Sin embargo, a los petroleros les molestaba la carga fiscal
existente en México, lo cual provocó que sus inversiones se movieran hacia
Venezuela, otra nación que tenía importantes yacimientos petroleros, la
producción mexicana decayó progresivamente hasta la expropiación de 1938.
Las
concesiones petroleras del tiempo del porfiriato otorgaban un tiempo indefinido
a las empresas para explotar el subsuelo en busca de petróleo, en la
presidencia de Plutarco Elías Calles se intentó modificar los contratos por
otros que sólo tendrían una vigencia de 50 años. A finales de 1926, los
petroleros se negaron a firmar su nueva concesión, en consecuencia, el gobierno
les pidió que dejaran de operar, no lo hicieron, menospreciaron a la autoridad
del régimen, el cual mando personal para sellar los pozos petroleros, estos fueron
rotos por las empresas en franca rebeldía, frente lo cual se optó por mandar al
ejército (Meyer, 1990: 66). En los primeros meses de 1927, la situación entre
México y los Estados Unidos resultaba muy tensa, la prensa norteamericana
abogaba por la intervención militar, por su parte el ejército mexicano quemaría
los pozos petroleros en caso de comenzar las hostilidades. A pesar del respaldo
de las autoridades norteamericanas, las petroleras terminaron por ceder frente
el gobierno mexicano.
Los conflictos petroleros
continuaron, en el cardenismo la confrontación entre las empresas y los
trabajadores llegó a una situación irreconciliable, mientras tanto el clima
político en Europa se descomponía al acercarse la Segunda Guerra Mundial y distraía
la mirada de los Estados Unidos. El presidente, Lázaro Cárdenas comprendió su
momento histórico y actuó en consecuencia al decidir la expropiación petrolero
con el apoyo de los trabajadores del sector y de la mayoría de la sociedad
mexicana, esto se trasformaría en uno de los grandes símbolos de la historia
del nacionalismo mexicano. La función del petróleo desde la creación de PEMEX
sería fundamental para dar la energía a la transformación material del país
rumbo la dirección de la urbanización e industrialización.
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