La guerra de facciones.

A finales del 1914, los constitucionalistas buscaron fortalecer su posición en Veracruz, mientras preparaban al ahora llamado Ejército de Operaciones con más hombres y nuevas armas, los recursos precedían de las regiones petroleras en San Luis Potosí-Tamaulipas y la henequenera de Yucatán. Por el lado de los convencionistas, el esqueleto militar era la División del Norte, dentro del Ejército de la Convención. Por medio de un pacto entre los dos caudillos populares, Zapata atacaría en el sur y avanzaría hacia el puerto de Veracruz, mientras Villa le daría armas e iría sobre las posiciones constitucionalistas en el norte. Zapata no llegó más allá de Puebla en su esfuerzo militar y rápidamente se replegó a Morelos, mientras Villa jamás le mandó armas.
En un principio, los convencionistas tuvieron exclusividad en las demandas sociales, aunque no pudieron generar en los primeros meses de guerra un texto que mostrara sus inquietudes a nivel nacional, sólo se trataba del agrarismo de algunas regiones y no se vincularon con la causa obrera (Gómez, 2010: 155). El constitucionalismo o al menos su mayor parte pensaba que el reparto agrario causaría el colapso de la economía, sin embargo, decidió publicar diversos textos sobre el mismo, con el objetivo de seducir a los pequeños grupos indecisos y quitarles banderas a los convencionistas, adicionalmente se aliaron con los obreros, prometieron una reforma laboral que beneficiaría a los trabajadores.
Los zapatistas fueron incapaces de luchar fuera de sus tierras y al mismo tiempo mostraron su lado humano, al alimentar a la ciudad de México con todos sus recursos siempre que fuera posible, los constitucionalistas despreciaron ocupar la ciudad de México porque la consideraron una carga, que consumía recursos sin importancia militar. La batalla decisiva se libró en Celaya en abril de 1915, donde Obregón se encerró con el Ejército de Operaciones, el Ejército de la Convención principalmente villista atacó una y otra vez, en esa batalla cualquiera de los dos pudo ganar, aunque al final resultó victorioso Álvaro Obregón. En ese momento el villismo estaba perdiendo la guerra y escribió su Reforma Agraria para dar le tierras a todos los campesinos mexicanos. Era muy tarde, el Ejército de Operaciones se hacía más fuerte con cada victoria, mientras el villismo regresó a Chihuahua y se convirtió en una guerrilla regional.

Los zapatistas mantuvieron a la convención viva y generaron el texto más completó y realista: el Programa de Reformas de la Soberana Convención Revolucionaria, ahí plantearon los cambios que necesitaba el país. Su creatividad no fue suficiente para reconstruir la causa a escala nacional y se aislaron en Morelos. Al controlar la amenaza villista, los constitucionalistas marcharon a Morelos y arrinconaron a los zapatistas en las montañas.

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